A propósito de SARS CoV-2 y sus tratamientos con medicina ancestral y complementaria.
Atribuyo el éxito que he tenido durante la pandemia a mi apertura y flexibilidad en el manejo terapéutico de los 885 pacientes atendidos hasta el momento, ninguno tiene secuelas o estados post Covid.
Destaco que la práctica médica ecuatoriana ha recibido la influencia extranjera, sin embargo las 15 nacionalidades y los 18 pueblos indígenas que pertenecen a este país, también han contribuido con las prácticas de salud ancestral y tradicional.
La influencia de los conocimientos ancestrales de mis abuelos, así como la experiencia que adquirí en los 3 años que viví en diferentes áreas de la Amazonía ecuatoriana, y los 2 años que viví en la Sierra norte del Ecuador, me permitieron tratar desde siempre las enfermedades virales, principalmente relacionadas con las infecciones respiratorias con brebajes que combinan limón, miel de abeja, propóleos y jengibre, y otros tés,
Dentro de mis recomendaciones ante las gripes, incluyo el mantenerse abrigados, evitar los cambios bruscos de temperatura. En cuanto al baño, si lo va a realizar que sea al medio día, cuando el ambiente esté abrigado, cambiarse en la misma habitación en la que tomó su baño, salir de allí, abrigado y con gorra de lana. Cuántas veces escuché a mis abuelos que no debía tocar el agua fría, ni salir en la tarde sin una prenda que me proteja del frío.
Tomar tanta agua tibia, hasta orinar transparente, tomar más tomate de riñón, limonadas, naranjadas, naranjilladas.
Hacer ejercicios respiratorios, mantenerse activo.
La Constitución de la República del Ecuador garantiza las prácticas de salud ancestral y tradicional para lo cual emitió algunos documentos de interés. Uno de ellos fue el código de ética para aplicar esta práctica médica.